Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas

  • Discurso del Presidente del IEFPA en la ONU

Discurso del Presidente del IEFPA en el Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra

 

El 25 de septiembre pasado, el Dr. Raúl E. Roa, junto al Subsecretario General de las Naciones Unidas Nikhil Seth y el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario Marcelo Cima inauguraron las sesiones de los seminarios de fin de curso de los alumnos del IEFPA.

A continuación, reproducimos el Discurso pronunciado en el Palacio de las Naciones Unidas en la ciudad Ginebra, por el Presidente del Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Argentinas, en la Ceremonia de Graduación de un grupo de alumnos del Programa Finanzas Públicas y Gobernabilidad.

  

Discurso del Presidente del IEFPA en Naciones Unidas en la Apertura de la Ceremonia de Graduación de los alumnos del Programa de Finanzas Públicas y Gobernabilidad

 
Señor Subsecretario General de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo de UNITAR, Nikhil Seth; Señor Representante Permanente ante las Naciones Unidas Embajador Extraordinario y Plenipotenciario Marcelo Cima; demás autoridades presentes, alumnos:

Como presidente del Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Argentinas, es  un verdadero honor estar en esta institución tan prestigiosa por tercer año consecutivo, con un grupo de alumnos y docentes de nuestra entidad, y culminando otro ciclo de trabajo conjunto con el Instituto para la Formación y la Investigación de las Naciones Unidas (UNITAR).

Cuando hace ocho años suscribimos el primer acuerdo de colaboración para dictar actividades de formación en materia fiscal, de algún modo intuíamos lo que hoy es un hecho: los cambios económicos y tecnológicos se están sucediendo a una velocidad mayor  que lo que la sociedad puede procesar. Y es nuestra obligación, en tanto institución académica, contribuir a generar las claves que coadyuven a comprender y encausar esas transformaciones en beneficio de la sociedad.

Dada la magnitud de la tarea, siempre supimos que no la podíamos hacer solos.  Y ello no por el hecho de ser una institución relativamente pequeña. La premisa sería igualmente válida si fuésemos una universidad nacional o la propia Administración Tributaria. Creemos que ninguna organización puede enfrentar los grandes desafíos actuales procediendo en forma aislada.

Con esta convicción, nuestro Instituto históricamente realizó acuerdos de colaboración e intercambio con prestigiosas instituciones nacionales e internacionales dedicadas tanto al ámbito académico como al intercambio de experiencias de gestión y administración financiera del Estado.

Así, se firmaron convenios, para dar algunos ejemplos, con el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), la Organización Mundial de Aduanas (OMA), la Universidad Nacional de la Matanza, el Instituto de Estudios Fiscales del Ministerio de Hacienda de España, la Universidad de Barcelona y la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España (UNED).

También, nos vinculamos con UNITAR. Pero antes de referirme a nuestra institución anfitriona, quería comentarles sobre otro acuerdo importantísimo que suscribió hace pocos meses nuestro Instituto de Estudios, que es el que se realizó con una Universidad china, la Universidad de Finanzas y Economía de Guangdong. El IEFPA ya tiene su sede allí y durante el Ciclo Lectivo 2018 se llevarán a cabo las primeras actividades conjuntas.

Quería mencionar esto antes de profundizar en las actividades con UNITAR porque, precisamente, una de las novedades que tenemos para el próximo año es que la Universidad de Guangdong se incorporará a este Programa conjunto.

Sin dudas se trata de un hito en nuestra historia institucional, como lo fue en su momento el acuerdo  de colaboración con esta Casa.

Como lo dijimos en otras oportunidades, es una alianza trascendental tanto por la relevancia mundial que tiene toda organización de las Naciones Unidas, como por la modalidad de trabajo establecida que enriquece y potencia nuestras capacidades.

Las actividades que se realizan, como ustedes bien saben, son principalmente Diplomaturas On Line y Seminarios presenciales. Las temáticas que se presentan en cada ciclo lectivo son producto de decisiones institucionales en las cuales de algún modo se combinan las necesidades coyunturales de las Administraciones con una visión estratégica respecto de qué van a estar requiriendo éstas en el mediano y largo plazo. También vale resaltar que la formación teórica y conceptual se complementa con el análisis de experiencias de gestión y buenas prácticas. Y los destinatarios son tanto  funcionarios públicos como  profesionales del sector privado.

Y este último punto es particularmente importante porque si bien muchas veces el sector público y el privado se han visto con cierto recelo, lo cierto es que para abordar las complejas problemáticas que nos toca enfrentar en la actualidad, debe haber un cambio en la cosmovisión global por parte de todos los actores involucrados.

Vayamos a un ejemplo concreto: durante este ciclo lectivo, las actividades conjuntas IEFPA-UNITAR fueron realizadas en el marco el Programa que denominamos “de Formación en Transparencia Fiscal transnacional" (auspiciado también por el Instituto de Estudios Fiscales de España).

¿Por qué se eligió este tema?

Porque oportunamente se analizó una realidad determinada, que enseguida describiré brevemente, en donde es evidente que si no actúan los diversos países, sectores y  organizaciones en forma mancomunada, no hay chances de lograr resultados significativos.

De hecho, desde la crisis financiera de los años 2008/2009 asistimos a un cuestionamiento del paradigma de la globalización (hegemónico desde inicios de la década de los '90), a partir del cual  diversos países se están replanteando las políticas relacionadas tanto con las pérdidas de soberanía política y fiscal  como  en la apertura total de los flujos de traslación de capitales y personas. 

Inclusive, estos temas han trascendido los límites de las discusiones entre Administradores Tributarios y académicos para instalarse en la opinión pública a nivel mundial, poniendo de manifiesto el enorme impacto que el ocultamiento de riquezas y el lavado de dinero  proveniente de delitos como la corrupción,  generan en los gobiernos democráticos, por cuanto estos flagelos afectan directamente la equidad fiscal y la erosión de las bases imponibles al punto de poner en riesgo la propia cohesión social.

En este marco, el Programa se propuso formar especialistas que puedan integrar equipos internacionales de trabajo dedicados a la asistencia y asesoramiento en todas las áreas gubernamentales y corporativas vinculadas al combate de los delitos financieros internacionales.

Es tan importante que la formación llegue a los funcionarios públicos como a todos los profesionales del sector privado que se encuentran trabajando -o aspiran a hacerlo- en consultorías y asesoramiento de empresas, estudios jurídicos y contables, etc.

Si el objetivo a largo plazo  es  lograr la transparencia fiscal y detectar y combatir el fraude, de nada sirve trabajar con una sola parte. Más allá de las medidas técnicas que se puedan implementar, lo que subyace es la profunda necesidad de un cambio cultural que desnaturalice la transgresión normativa. Y ello abarca a todos los sujetos económicos, políticos y sociales.

Porque, vale resaltar, combatir y detectar el fraude es el objetivo de nuestro Programa. Pero, ¿por qué queremos lograr una mayor transparencia fiscal? Porque así como la vigencia del Estado de Derecho al interior de cada una de nuestros países es la única instancia que garantiza una convivencia en paz, en el orden internacional, el cumplimiento de las normas y principios del Derecho es un requisito imprescindible para la gobernabilidad global.

En otras palabras, nuestra idea-guía no es apenas formar expertos en temas de Finanzas Públicas sino promover el surgimiento de verdaderos líderes que puedan interpretar las necesidades de la Administración Tributaria –o las respectivas instituciones en las que trabajen- en el marco de los cambios sociales, económicos, tecnológicos y culturales que se producen permanentemente. 

En este punto,  aprovechamos  la ocasión para decirles  a los  alumnos presentes en este Acto, que los comprometemos a participar junto al IEFPA y UNITAR a difundir los conocimientos adquiridos pero también a proponer sus propias iniciativas tanto en términos de contenidos como de formatos y plataformas de enseñanza.

Para finalizar, quería hacer una reflexión que trasciende el ámbito técnico al que he hecho referencia hasta ahora.

Hace tiempo que venimos escuchando que en el siglo XXI el desarrollo económico y social de las naciones depende de su capital humano. Ya quedó atrás la época en la cual la producción de bienes y servicios estaba basada en los recursos naturales: el valor económico del capital humano es hoy mayor que el valor económico del capital físico .El mundo se transforma todo el tiempo con los saberes nuevos y esta aceleración de algún modo valoriza a la Universidad, institución que si bien ya no detenta el monopolio de la producción de conocimiento, sigue teniendo un lugar de privilegio en este sentido.

No obstante, en una sociedad líquida, y tras el imperativo de la rápida adaptación a los nuevos tiempos, la universidad –como el resto de las instituciones - debe estar atenta al riesgo de empezar a desmaterializarse: si bien la flexibilidad en las formas puede ser una ventaja, la solidez en los fundamentos y principios rectores es fundamental para no perderse en el camino.

Cuando pienso qué me gustaría transmitirles a los presentes  cada año siempre comienzo diciendo que estamos viviendo un momento difícil. Lamentablemente esta vez no puedo ser original. Estamos viviendo una escalada de conflictos a nivel mundial que puede llegar a destruir el planeta.

Por supuesto no tengo idea de cómo se soluciona esto. Lo que me parece interesante resaltar en términos de asumir nuestra responsabilidad individual e institucional, es que si ninguno de nosotros está en condiciones de llegar a los líderes mundiales para pedirles  que pacifiquen el mundo, SÍ PODEMOS TRABAJAR NOSOTROS PARA PACIFICAR NUESTRAS MENTES Y NUESTROS CORAZONES.

Y esto que les digo no es un lapsus poético. La propia Constitución de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), que data del año 1945 afirma que "puesto que las guerras comienzan en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres que deben construirse las defensas de la paz". (…) "una paz basada exclusivamente en los arreglos políticos y económicos de los gobiernos no sería una paz que pudiera asegurar el apoyo unánime, duradero y sincero de los pueblos del mundo y que la paz debe por tanto fundarse, para que no fracase, en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad".

El 3 de septiembre un país lanzó una bomba de hidrógeno que provocó un gran sismo en sus alrededores (como si no fuese suficiente con los que ocurren naturalmente).

 El 5 de septiembre se cumplió el vigésimo aniversario del fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta.

 El primer hecho se publicó en todos los diarios del mundo y se comentó hasta el cansancio en todas las redes sociales.

Poquísimos medios y personas recordaron la figura de quien fue proclamada Santa hace exactamente un año por el Papa Francisco.

Nosotros también podemos elegir comentar y difundir una cosa u otra.

El bien y el mal conviven en el mundo y  habitan en cada uno de nosotros. Ojalá nuestra capacidad de discernimiento racional se guíe siempre por los valores éticos  y morales comunes. Porque sólo desde aquí podremos contribuir –en la modestísima parte que nos toca-  a que el mundo sea un poco mejor.  

 

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