Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas

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El impacto de la crisis brasileña en Argentina y el Mercosur

Brasil, el principal país del Mercosur y de la región, atraviesa una de las peores crisis políticas y económicas de su historia, con caída de 3,8% del PBI en 2015 y una proyección similar para 2016. Sería la primera vez desde la crisis de 1929/30 que Brasil atraviesa dos años consecutivos de recesión.

EL LITIGIO ANTE EL ACTO DETERMINATIVO DE MATERIA TRIBUTARIA. LA REPRESIÓN DEL ILÍCITO Y LAS INSTANCIAS PROCESALES ULTERIORES: EL CASO DE ARGENTINA

En Revista del CIAT, Nro. 40, mar-abr 2016. A través del presente trabajo se propone introducir al lector en las características salientes del proceso determinativo de la materia tributaria, en el marco del proceso de determinación de oficio previsto en la normativa que rige la materia en la República Argentina, para luego efectuar un detalle de las instancias procesales ulteriores, con marcada impronta en el rol que aquí juega el Tribunal Fiscal de la Nación y la competencia que abre en torno a los nuevos mecanismos de discusión que se advierten en la relación Fisco-contribuyente. Complementariamente, se ahondará en las demás instancias represivas.

El Teletrabajo en la Administración Tributaria


El Teletrabajo en la Administración Tributaria

Experiencias Comparadas de Argentina y Europa


El teletrabajo, el trabajo remoto o el trabajo a distancia en tiempo real (como se prefiera denominarlo) es uno de los cambios económicos y legales  más abruptos que ha provocado la pandemia del COVID_19. Los procesos de aislamiento social llevados a cabo en los diversos países establecieron forzosamente este cambio cultural en las organizaciones públicas y privadas. Obviamente las Administraciones Tributarias no están exentas, pero diversos aspectos deberán ser considerados a la hora de evaluar su implementación definitiva: las aristas legales, económicas, de formación del talento humano, de desarrollo de competencias y los cambios en las formas de organizar el trabajo, entre otras, deberán estar presentes a la hora de tomar decisiones.

Ante esta nueva realidad, el IEFPA, con la colaboración del Instituto de Estudios Fiscales de España, ha organizado una jornada académica dirigida a los Administradores Tributarios de Argentina, España y distintos países de América en la cual, luego de las exposiciones de los expertos los participante trasmitirán sus experiencias y aportarán sugerencias las que fomentarán líneas de trabajo en el  Observatorio Fiscal del IEFPA.

 

Ponencias de Expertos:

Regulación del trabajo a distancia/teletrabajo en España y Europa

Juan Chozas Pedrero (*)

Se abordará tanto la regulación general como la particular derivada del COVID 19. Se mencionará puntualmente el acuerdo de los interlocutores sociales europeos, que es el referente de las regulaciones de los países de la UE y las notas fundamentales del proyecto de ley que está sometido a consulta en este momento en España.

(*) Responsable de la División de Derecho del Trabajo y Seguridad Social del Estudio Auren España ( Falta CV de Juan )

 

El Teletrabajo en la Agencia Tributaria de España

Ana de la Herrán Piñar  (*) 

 

Se desarrollará en forma general la implementación del Teletrabajo en la Administración Tributaria Española, con sus antecedentes normativos, señalándose puntualmente las principales ventajas y desventajas de esta modalidad laboral, como así también los inconvenientes para su plena implementación .

(*) Inspectora de Hacienda de España, Profesora del Instituto de Estudios Fiscales de España  y se actualmente es la Vicepresidenta de la Asociación de Inspectores de España

Teletrabajo... aislamiento y después... Teletrabajo... ¿una luz de almacén?"

Gonzalo Rodríguez Cao (*)

En primer lugar se realizará una presentación de carácter general introductoria a la temática. Luego se presentará el contexto actual pandémico y el ingreso intempestivo al teletrabajo. Detallará la definición de teletrabajo en el proyecto de ley en tratamiento en el Congreso Nacional y mencionará antecedentes normativos. Se enumerarán las condiciones reales y concretas en las cuales se implementó el teletrabajo en AFIP Argentina y en general otros países con los apoyos y resistencias observadas. Finalmente se plantearán preguntas a futuro respecto de la implementación en las Administraciones Públicas en general y en la Administración Tributaria específicamente.

(*)Consejero Técnico en la Dirección de Capacitación de la AFIP. Expositor y docente en el Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas.

El IEFPA  le está invitando a una reunión de Zoom programada

Tema: Teletrabajo en la Administración Tributaria

Experiencias Comparadas de Argentina y España

Hora: 30 jul 2020 05:00 PM Buenos Aires, Georgetown

Unirse a la reunión Zoom

https://zoom.us/j/93553726418?pwd=Z0NYYWczZThBS21sbzZ1SUk3TnR5Zz09

ID de reunión: 935 5372 6418

Código de acceso: 424536

Las redes sociales y la sensación de democracia

Por Raúl E. Roa, Presidente IEFPA

Desde hace algún tiempo circula la expresión “activismo de sofá”, en alusión a la práctica de una gran cantidad de personas que suponen que haciendo un click o insertando una firma en una petición colectiva que circula por Internet, se convierten en ciudadanos activos, protagonistas del destino colectivo. ¿Ilusión o realidad

“Es el hartazgo, estúpido”

El desafío de asumir realidades y cumplir con lo prometido en campaña

“Es el hartazgo, estúpido”

Por Raúl E. Roa (*)

 

 

La famosa frase “Es la economía, estúpido”, utilizada originalmente en la victoria electoral de Clinton sobre Bush en 1992, se ha convertido en un símbolo del énfasis que se pone en los más diversos asuntos que se consideran esenciales para acceder o permanecer en el poder. Bush, gracias a su política exterior, había llegado a la etapa pre-electoral con el 90% de popularidad y aceptación ciudadana pero subestimó el problema económico interno y perdió las elecciones.

A veces resulta difícil de comprender la lógica de los profesionales de la política: ¿desconocen las prioridades de los ciudadanos? Imposible. Entonces, ¿Por qué razón subestiman sistemáticamente su inteligencia ya sea negando realidades o incumpliendo las promesas electorales?

Para no ir más lejos en el tiempo, digamos que desde el retorno de la democracia en 1983, distintos gobiernos, de diferente signo ideológico, se han sucedido en el poder con dispares resultados y con –por lo menos- una dificultad común: cierta incapacidad (por error, omisión o evaluación de una relación de fuerzas adversa) para dar respuesta a evidentes problemáticas colectivas y cumplir sus más importantes promesas.

Iniciamos el camino democrático más largo de la historia Argentina con el discurso que sostenía que “con la democracia se come, se educa, se cura…” pero terminamos en un proceso hiperinflacionario y la entrega del gobierno anticipada; más tarde, el giro a la derecha bajo la promesa de la “revolución productiva” culminó con un proceso de desindustrialización y niveles de desempleo y pobreza inéditos en nuestro país; a posteriori elegimos el centro (del espectro ideológico) con el objetivo de “acabar con la corrupción” aunque más bien la corrupción terminó con el gobierno, Banelco y coimas en el Senado de la Nación mediante. Finalmente giramos a la izquierda con el juramento de acabar con “la vieja política” para recibir nuevamente a la inflación incontrolada, a la falta de estadísticas oficiales, y postular “la sensación de inseguridad”.

Nadie puede pensar que gobernar un país sea fácil. El arte de la política, del manejo de la cosa pública, es canalizar aquellos conflictos que resultan imposibles evitar. Está claro que toda medida política prioriza intereses, valores y/o creencias de unos sectores en desmedro de otros; y con ello, genera ganadores y perdedores. Y obviamente conflictos. Esto es así, forma parte de las reglas de juego de toda democracia.

Pero una cosa es establecer prioridades, que deben quedar claras en la definición del proyecto de país que cualquier partido político presenta a sus potenciales electores. Y otra cosa, muy diferente, es decir una cosa y hacer otra.

El nuevo gobierno se ha planteado para sí mismo el desafío de la normalidad, puntualizada, por sus propios integrantes, en ejemplos tales como tener una inflación de un dígito, recuperar ciertos niveles de seguridad ciudadana, tener una educación pública con estándares de calidad reconocidos internacionalmente, volver a una política exterior con mayor protagonismo de las relaciones con Estados Unidos y Europa.

Vale resaltar que también se cuenta entre las numerosas promesas, la eliminación de los personalismos y la toma medidas consensuadas, manteniendo canales de diálogo permanentes con los diversos sectores políticos.

Todos estos objetivos han sido expuestos a la sociedad en el marco de una ética del progreso a partir del esfuerzo individual de las personas o las familias, quedando el Estado como garante de la igualdad de oportunidades a los ciudadanos para que luego cada uno llegue hasta donde quiera o hasta donde pueda.

Como ciudadanos deberíamos alertar a los profesionales de la política- y sus geniales y multimillonarios asesores- que ya conocemos todos los mensajes subliminales de la derecha, de la izquierda, del centro y de todas las variantes del abanico ideológico.

Quienes triunfaron en las última contienda electoral acertaron en la interpretación del humor de gran parte del electorado, que bien podría sintetizarse en la frase “Es la normalidad, estúpido”.

Ahora, para tener presente lo que ella significa y exigir al gobierno que no se aparte de sus premisas, los ciudadanos deberíamos trascender los límites de la charla de café y la crítica twittera para comprometernos en una verdadera participación en las múltiples instancias que la democracia habilita: presupuesto participativo, audiencia pública, recolección de firmas para realizar peticiones a los cuerpos legislativos, etc. En definitiva, ser capaces de generar una nueva cultura política en la cual se ponga en un primer plano el control colectivo de la gestión pública.

Ya que por suerte se ha reivindicado la necesidad de realizar auditorías en el sector público, todos los argentinos deberíamos tener presente que ninguna es más relevante y significativa que la auditoría ciudadana permanente de nuestros representantes. No sólo es nuestro derecho, también es nuestra responsabilidad.

Así, tal vez de esta manera podamos evitar que en las próximas elecciones la frase célebre sea:

“Es el hartazgo, estúpido”

(*)El Dr. Raúl E. Roa es Contador Público Nacional, Licenciado en Administración de Empresas y Magister en Tributación de la Universidad de Barcelona. Preside el Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Argentinas. raulroa@iefpa.org.ar